Mission Vida Nueva

 

3-EL BUEN SAMARITANO (05-07-2004)

 
 Lucas 10:25 al 37
25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
26 El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?37 El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
 
Hablaremos en detalle de cómo pueden ser transferidos a Jesucristo nuestros pecados. Realmente, el pecado no está físicamente sobre nuestras espaldas, más bien hace que nuestros corazones se sientan muy pesados. El pecado lastima el centro de nuestros corazones antes de que enferme nuestra carne, es por eso que la mayoría de la gente que se salva y es librada del pecado nos da testimonio de cómo sus problemas físicos desaparecen espontáneamente. Los doctores dicen que la mayoría de las enfermedades son mentales. Yo personalmente lo experimento de vez en cuando. Cuando me preocupo por algo, sufro de indigestión y pierdo el apetito. No es problema digerir el mismo alimento con un corazón alegre y feliz: Leí un informe de un doctor que dice que 437 enfermedades se curan automáticamente al ser quitadas las cargas. Ahora, amigos, todo el mundo sabe que es bueno tener una liberación, pero nadie sabe cómo.
Asumamos que tenemos aquí un árbol de pecado. Los árboles como el manzano, el Naranjo y el durazno dan fruto solamente una vez al año, y una vez que son cosechados se acaban. Desafortunadamente, el árbol del pecado da el fruto de pecado a cada momento. Da fruto cuando usted duerme, cuando come, cuando viaja... siempre. La mayoría de las personas se pasa el tiempo recogiendo el fruto del árbol del pecado y, como no pueden recogerlo completamente, no pueden estar delante de Dios con confianza, seguridad, felicidad y serenidad. Esto describe los corazones de mucha gente. Nuestro Señor lavó nuestros pecados porque Él desarraiga el árbol del pecado en sí, no solamente el fruto del árbol. El pecado es diferente de las transgresiones, que son las consecuencias del pecado. Una gripe no es la mucosidad, ni la tos. Una gripe produce la mucosidad, la tos, y un dolor de garganta, pero éstos no son la gripe, son la consecuencia de la gripe. Nosotros robamos, mentimos y odiamos a otras personas. El que tiene pecado hace estas cosas. El robar en sí no es pecado, sin embargo es el resultado del pecado. El robar es una trasgresión, ya que nuestro pecado interno produce fruto de pecado.
¿Cómo se lleva a cabo nuestra salvación? Cómo  puede usted ir al cielo? ¿Cómo podemos ser librados del pecado para siempre? ¿Cómo podemos ser restaurados y ser como lo fueron Adán y Eva antes de que desobedecieran a Dios en el Edén, para que podamos estar delante de Dios libremente? Amigos, podrían pensar que es imposible para ustedes. Pero Dios es tan poderoso y tiene tantas maneras que Él puede fácilmente cambiarnos de seres humanos viles, sucios e indignos, a justos. Lo voy a explicar por medio de Lucas. 10.
Hace mucho tiempo, había un hombre joven que trabajaba en un puerto del Perú. Él era un joven pobre y soltero, sin familia. El trabajaba mucho empacando y desempacando bagaje para los barcos que iban entre Perú y Estados Unidos de Norteamérica, ganando unos cuantos centavos al día para comprar unas cuantas piezas de pan, y dormía donde fuera. Muchos pasajeros le comentaban buenas cosas sobre la tierra de ensueños. Decidió ahorrar dinero para comprar un boleto e irse a los Estados Unidos.
Con la esperanza de un buen empleo y una mejor vida ahorró tanto como pudo para comprar su boleto al plazo más corto. El guardaba el dinero en su bolsillo y cuando tenía tiempo lo contaba. Pasado un tiempo había ahorrado lo suficiente para comprar el boleto, pero no lo suficiente para su alimentación y otros gastos necesarios durante el viaje en el barco y el desembarque en Nueva York. Decidió comprar un boleto para irse a los Estados ya que no podía esperarse al siguiente barco. Estaba deseando irse, aunque no comiera alimento durante una semana mientras llegaba a los Estados Unidos.
Salió el barco hacia los Estados Unidos y los pasajeros se reunían en la sala de descanso y platicaban sobre el nuevo país al que se dirigían. También el joven entró en la conversación. Cuando estaban platicando escucharon el sonido de una campana, y se dirigieron a la cafetería para almorzar. El joven no pudo ir porque su bolsillo estaba vacío. La gente que estaba junto a él le decía:¡Vamos a almorzar, joven!
¡No tengo hambre¡
¿Está seguro? ¿Por qué no prueba un poco?  
¡ Así estoy bien, gracias¡
Después del almuerzo la gente comentaba:
¡El almuerzo estaba delicioso¡ .
El muchacho tenía mucha hambre, pero él se dijo:
¡Vale la pena soportar dificultades por un corto tiempo¡
En la noche, la campana sonó otra vez para la cena.
¡Joven, usted debe tener hambre, sé que no almorzó. Vamos a cenar ¡
¡Yo estoy bien, de vez en cuando dejo de comer  por algunos días¡
¡Tiene que comer, por su salud¡
¡No se preocupe¡
Luego de una buena plática y de unos juegos, cuando llegaba la hora de la comida, él se ponía de mal humor,
¡No quiero comer¡  
¡Joven, por qué no quiere comer?¡ .
¡Olvídelo, No es su problema?
Estaba muy molesto. Se quedó sin comer dos días, tres días y cinco días, casi moría de hambre. Él se consolaba pensando, ¡solo faltan dos días para llegar¡ Sólo  tenía que soportar dos días sin comer. Pero desafortunadamente el capitán avisó:
¡Su atención por favor. Me da pena informarles que tardaremos cinco días más para llegar a nuestro destino debido al mal tiempo ¡ .
Cuando escuchó el anuncio, se sintió mareado, pues pensó que él podría soportar dos días más sin comer,  pero no cinco. Finalmente tomó una decisión:
¡ Cual es la diferencia entre morir de hambre o morir a golpes? Mejor voy a comer. Voy a comer primero y cuando me digan que pague, yo puedo lavar platos o trabajar en la lavandería¡
El entró en la cafetería cuando no había nadie. Llegó una mesera y le ordenó una gran cantidad de alimento. Ella estaba sorprendida y le preguntó:
¡ Para cuántas personas?¡
¡No importa, solo traiga lo que le ordené¡  
El llenó su estómago, cuanto pudo aguantar hasta que el alimento le llegara a la garganta. Platillo tras platillo. Una vez que ya había comido, empezó a preocuparse por el dinero.
¡Tarde o temprano me van a pedir que pague por el alimento. ¿Cómo me van a tratar cuando sepan que no tengo dinero? .
Se sentía muy mal, todo el mundo se había ido y solamente quedó la mesera delante de él para recoger los platos sucios. Finalmente el joven dijo:
¡Mesera, tráigame la cuenta¡
¡  Cómo dice...?¡ , le preguntó.
¡Pedí la cuenta. ¿Cuánto es?¡ .
¡ Es la primera vez que usted come aquí?
¡ A usted,  que le importa?, solamente tráigame la cuenta¡ .
La joven se volvió impaciente y molesta:
¡Le estoy preguntando si usted alguna vez ha comido aquí.¡
¡No tiene por qué saberlo, solo traiga la cuenta¡
¡No cobramos por los alimentos en este barco
¡Ay, Dios mío! ¿Qué dijo usted? ¡ .
¡El precio del alimento está incluido en su boleto¡ .
¡Sí hubiera sabido eso, no me hubiera perdido ni un solo alimento durante los últimos cinco días...¡
Nos podemos imaginar qué tan exasperado estaba por pasar hambre cinco días. Ahora bien, esa exasperación no se compara en nada con la de una persona que va al infierno después de una larga vida llena de toneladas de buenas obras. ¿Usted sabe por qué él se va al infierno? Porque él no entendió la Palabra de Dios. El hombre joven se estaba muriendo de hambre solamente porque no sabía que ya había pagado por la comida. Si el barco no se hubiera topado con la marea alta él podría haber muerto de hambre.
Amigos, si vamos al infierno, es solamente porque no entendemos la voluntad de Dios. Acaso las madres no les compran pañales a sus bebés antes de nacer? De igual manera Dios preparó cosas perfectas porque él sabe que nosotros somos malos, sucios y cometemos pecados. La gente que no sabe lo que Dios hizo por nosotros trata de lograr misericordia, benevolencia por sí misma.
 
Un buen ejemplo de esa gente es el intérprete de la ley en Lucas 10 que leímos. Ahora leamos juntos 10: 25.
 -Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo  para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
Presten atención. La pregunta del intérprete: ¿Qué haré para heredar la vida eterna? , implica un prejuicio significativo. Este intérprete pensó que podía esforzarse para recibir vida eterna. Él hizo lo mejor de su parte por guardar los mandamientos. Pero, ¿había obtenido la vida eterna? Contrario a su esperanza, no lo logró, desafortunadamente. Por esto tuvo que pararse delante de Jesús y preguntar ¿Qué haré para heredar la vida eterna ¿Cuál fue la respuesta de Jesús a su pregunta? En el versículo 26, Jesús le preguntó: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?  Este versículo es muy importante. Acaso solamente preguntó  ¿Qué está escrito en la ley? No. El hizo dos preguntas: ¿Qué  está escrito en la ley? ¿Cómo lees? .
Si ustedes leen La Biblia un poco más profundamente podrán encontrar unos secretos espirituales escondidos. En la pregunta de Jesús podemos ver una contradicción de que la ley puede ser entendida e interpretada de varias maneras dependiendo de la persona. ¿Qué está escrito en la ley? Como:
No cometerás adulterio
No robarás
No matarás
No levantarás falso testimonio contra tu prójimo, etc.
El punto principal aquí es cómo leer la ley; en otras palabras, cómo percibirla. Jesús le preguntó al intérprete: ¿Cómo la lees? ¿Cómo la entiendes?
Ahora amigos, todos nosotros sabemos lo que está escrito en la ley, pero tenemos un problema y es entenderlo. ¿Entienden lo que estoy diciendo? Esta vez yo le quiero preguntar a usted: ¿Cómo lo lee usted? La ley está escrita como tal, no robarás, no cometerás adulterio, no matarás; yo puedo decirles que hay dos tipos de personas. Algunos obedecerán la ley como se les pide. Ellos dicen que no roban porque Dios les mandó que no lo hicieran; que no mienten, porque Dios les ordenó que no lo hicieran. Hacen lo mejor que pueden. La otra gente, por el contrario, se rindió después de que trataron de obedecer la ley (no robar, no odiar, no mentir o no matar). Ellos confesaron que no podían obedecer la ley, y le pidieron al Señor que lo hiciera por ellos. Ellos reconocieron su debilidad y se rindieron al Señor sacando banderas blancas. Estas son las dos maneras de entender la ley.
  Los verdaderos creyentes, no los que nada más van al templo, dicen a una sola voz que cuando deciden firmemente ya no pecar, es cuando se hacen más propensos a pecar.
 Amigos, Dios sabe que aunque se nos pida que obedezcamos la ley, somos personas que no podemos abstenernos de cometer pecados. Es por eso que él nos dio poder para superar el pecado, en lugar de que nosotros intentemos no cometer pecado. Es únicamente con el poder de Dios, no por nuestras resoluciones, que podemos triunfar sobre el pecado. Después de esforzarnos mucho tiempo por obedecer leyes tales como ¡no matarás!, ¡no robarás¡, y ¡no cometerás adulterio¡  nos damos cuenta de la futilidad y exclamamos: ¡Absolutamente no soy capaz de  hacerlo. Señor, no puedo hacerlo ¡Dios nos dio la ley para que desistamos, para que nos rindiéramos. La ley no fue hecha para ser cumplida por nosotros. Ninguna persona en el mundo ha cumplido la ley completamente. La persona que trata de cumplir la ley y falla no vuelve a tratar por sí mismo. Por eso Jesús le preguntó cómo entendía la ley. Un grupo considera que debe obedecer la ley. El otro considera que debe confesar: - ¡ Yo no puedo hacerlo, por favor hazlo por mí, Jesús siempre obra sobre el segundo grupo.
Algunas personas nada más hablan de labios: ¿Qué puedo hacer yo? No puedo hacer nada, No soy nadie ¡pero siempre muestran sus buenas obras. El que se da cuenta completamente de que él es malo y sucio y que no depende de sus propias obras, es en él en el que Dios obra. ¿Qué dijo el intérprete de la ley? Él conocía la ley pero no conocía el mensaje implícito. Él solo pensaba que tenía que trabajar con toda su fuerza.
 ¡Amaré al Señor con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi fuerza...¡, Esto no tiene sentido,  Pueden ustedes amar a Dios con todo su corazón? Yo no puedo hacerlo.
 Este intérprete dijo, “Tú amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza, con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” Este es el resumen de los Diez Mandamientos. Los primeros cuatro nos ordenan que amemos a Dios, los otros seis que amemos a nuestro prójimo. ¿Qué dijo Jesús? “Bien has respondido, haz esto y vivirás”.
¡Haz esto y vivirás¡  puede interpretarse así: Si no haces esto morirás. Deuteronomio 28 dice del 2 al 6:
 ”Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar y bendito en tu salir”.
Y continúa así, ¡Bendito serás, ...
¡ Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, que vendrán   sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. Maldita tu canasta y tu artesa de amasar. Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. Maldito serás en tu entrar y maldito en tu salir.... (Deuteronomio 28:15~19).
Amigos, ¿es esto una bendición o una maldición? Es una bendición para los que obedecen la ley, pero una maldición para aquellos que no pueden obedecer la ley.
¿Entendió? La gente no sabe esto. Tenemos que conocer la Biblia personalmente. Por cuanto la gente quiere ser bendecida, la gente trata de guardar la ley  ciegamente sin saber si pueden guardarla o no.
Amigos, déjenme hablar un poco más sobre este asunto. El discípulo Pablo enjuició y mató a muchos cristianos antes de creer en Jesús ¿no es verdad? Acaso lo hizo porque no leía la Biblia? En ese entonces él se llamaba Saulo. El entender La Biblia superficialmente nos podría guiar justamente a lo contrario del verdadero mensaje que está en ella. Si entendemos superficialmente, nos esforzamos; si entramos a la esencia de la Biblia, Jesús hace el trabajo mientras nosotros descansamos. ¿Entienden? Jesús le contestó al intérprete,“Correcto. Hazlo y vivirás”.
Lo qué quiso decir Jesús realmente fue: “Está bien.  Si usted puede,  adelante, hágalo”
¿Puede alguno de ustedes guardar la ley? Si usted puede, levante su mano. Yo quisiera que ustedes supieran en lo profundo de su corazón que ustedes  absolutamente no pueden guardar la ley. El que dice que no puede hacerlo sin una percepción verdadera, deberá tratar de guardarla. Por otro lado, aquel que se da    cuenta de su incapacidad y su impotencia de corazón nunca trata de hacerlo porque él sabe que es imposible.
La respuesta de Jesús ¡ “haz esto y vivirás  indica ¡”hazlo si puedes, y vivirás” ¿Qué quiere decir esto?  , pero el intérprete queriendo justificarse le preguntó a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? .
Ahora Jesús le contó acerca de un hombre que fue herido por unos ladrones. Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó y cayó entre ladrones que le quitaron su  ropa, lo hirieron y lo abandonaron dejándole medio muerto. ¿Acaso cierto sacerdote lo ayudó cuando vio que estaba casi muerto? No, no le ayudó. ¿Y el levita? ¿Le ayudó? Tampoco.
¿Y el samaritano? Al pasar por ahí, ¿le ayudó? Claro que sí. Sí lo hizo. Él se acercó y le vendó sus heridas, le echó aceite y vino; lo puso en su cabalgadura y lo llevó a un mesón, le dio dos denarios al mesonero para que lo cuidara. El hombre herido de la parábola es el intérprete. ¿Qué sucedió con el hombre cuando se encontró con los ladrones? Lo desnudaron, lo hirieron, y se fueron dejándolo medio muerto, ¿no es verdad? ¿Qué hizo el hombre para ser salvo?  ¡Nada! El solamente estaba tirado en el camino. El samaritano es Jesús. El fue hacia el hombre, le vendó las heridas y le echó aceite y vino, lo trajo a un mesón, cuidó de él.   Esto enseña cómo se realizó la salvación de él.
Amigos, supongamos que tenemos un paciente que va a ser operado de apendicitis, él dice:
¡”Doctor, déjeme decirle algo. Necesito que me operen de este lado, use un escalpelo americano y asegúrese de que el hilo esté completamente esterilizado. También tiene usted que ser muy cuidadoso cuando me ponga la anestesia¡ . Los doctores dirían: ¡”Mejor váyase a otro hospital, u opérese usted mismo¡ .
A ellos no les gusta este tipo de paciente, cuando tienen que operar, anestesian y amarran las manos y los pies muy fuerte con bandas de cuero para que no se muevan durante la operación y no usan los escalpelos sino hasta cuando están listos para operar. Ellos hacen el corte cuando quieren, sacan algún órgano cuando quieren, y también cosen la herida cuando quieren.  
¡”Corte aquí un poco más profundo. Un poco más a la derecha, saquélo por aquí rápido y esterilícelo lo más pronto posible ¡ .
A los doctores no les gusta conocer a este tipo de pacientes. Si queremos que nuestro espíritu sea salvo, debemos desechar nuestras ideas y pensamientos; después de eso, él Señor puede cortar, sacar y coser. Él lo puede hacer perfecto a usted cuando usted se entregue a Él. Si el hombre que fue asaltado por los ladrones hubiera sido arrogante él le hubiera dicho al samaritano muchas maldiciones cuando se le acercó para ayudarlo. En aquellos días, los samaritanos eran tratados como perros por los judíos. Aquel que había estado muriendo, desearía que alguien lo pudiera ayudar, no importando si la persona fuera samaritana o un perro o un cerdo, siempre y cuando lo cuidaran. A él no le importarían cosas importantes como su dignidad, su autoestima, tampoco le importaría si la persona que lo ayudara fuera negra, blanca o amarilla, con tal de que alguien lo salvara, nada más.
 
 ¿Cuándo fue salvado el hombre asaltado por los ladrones? Exactamente antes de que muriera, cuando ya no tenía fuerza para hacer algo por sí mismo. ¿Usted  sabe qué clase de persona era la que Jesucristo buscaba cuando él estuvo en la tierra? Él no podía llevarse bien con los sabios, los buenos oradores, los buenos lectores de Biblia o con los creyentes piadosos. Él siempre aparecía con la gente que estaba desesperada, sin ninguna esperanza. Amigos,
 El viajero fue abandonado medio muerto. El habría muerto a menos que alguien lo hubiera ayudado. En Lucas 10:33 dice ¡”un cierto samaritano, cuando viajaba, llegó hasta donde él estaba y cuando lo vio, tuvo compasión de él.  La Biblia dice que Él tuvo compasión de él. No solo tuvo compasión sino que fue hasta él. ¿Quién fue a quién? El hombre que fue asaltado por los ladrones o el samaritano?
Se dice que un buen salvavidas espera hasta que una persona esté exhausta antes de ir al rescate. Si el salvavidas se mete al agua para salvar a la persona que todavía está esforzándose para salvarse, ésta hunde al salvavidas, ambos podrían ahogarse. Mientras una persona que se está ahogando grita ¡”auxilio”¡  y se esfuerza, el salvavidas se dice a sí mismo: ¡”Este muchacho todavía tiene fuerzas¡  Se toma su tiempo, o juega ajedrez, hasta que el que se está ahogando esté agotado y luego lo salva. Esta es la manera de salvar. Cuando una persona corre descontrolada, ella no puede ser salva.
 Amigos, ¿qué deberíamos hacer para ser salvos? El Señor quiere enseñarnos que el hombre que fue asaltado por los ladrones, no hizo absolutamente nada, el Señor lo hizo todo. Dejen que Jesús lo haga, y usted sólo descanse. Descansemos. Usted recuéstese y descanse. El hombre que dijo: ¡”Oiga, usted: Por favor ayúdeme. Me acercaré un poco más ¡El no hizo nada!.  ¿Quién fue él que hizo todo? El Samaritano, Jesús, fue hacia él y le echó vino y aceite en su herida.
 La Biblia dice que el Samaritano echó el aceite antes del vino. Me pareció razonable aplicar el vino primero. Un poco después, yo entendí por qué. En La Biblia el aceite es el Espíritu Santo, mientras que el  vino indica gozo. Lo que yo estoy diciendo es que una vez que somos salvos de nuestros pecados, el Espíritu Santo entra en nosotros y se manifiesta un gran interés. Algunas personas se afanan por tener siempre ese interés porque creen que esto sigue. Eso es erróneo. El Espíritu Santo entra primero, el alcohol se evapora rápido. El aceite es tan pegajoso que permanece por mucho tiempo. El Espíritu Santo que está en nuestro corazón nunca nos abandona ¿Y qué tal el placer que nos da? Este titubea y no permanece.  ¿Esto tiene sentido? Después que usted recibe la redención, no le dé rienda suelta al placer, pues éste desaparece pero el  Espíritu Santo que entra en nosotros al ser salvos de nuestros pecados, es eterno. ¿Qué hizo Él después de echar el aceite y el vino? Él vendó las heridas. Nuestro Señor sana nuestras heridas que son nuestras fallas y nuestras debilidades.
¡”Él lo puso en su caballo...¡  Lo que debemos agradecer a Dios es que Él nos pone en su lugar, camina y nos guía llevando al animal por la rienda. Estas cosas no salen de nosotros sino que emanan del Jesús vivo.
Mucha gente sabe que Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados. Ahora algunos disfrutan la liberación de sus pecados, profundamente, en sus corazones, mientras que otros todavía sufren por sus pecados aunque saben que Jesús murió para lavar sus pecados. ¿Usted entiende lo que quiero decir? Lo que yo me pregunto es: ¿Por qué es que algunas personas no tienen la fe aún conociendo la obra de Jesús?, mientras que otros disfrutan del descanso y de la felicidad con el conocimiento de que sus pecados  fueron lavados completamente. A través de su bautizo y muerte en la cruz.
 . La liberación quiere decir que tenemos que estar bajo la misma circunstancia como en el jardín del Edén antes de que Adán desobedeciera. ¿Para quién es esta fe? Es para alguien que está tratando de ganar la salvación. Se puede tener el conocimiento o sabiduría, pero la verdadera fe no le llegará. El debería rendirse:
¡”No puedo luchar contra el pecado con mi poder”¡
¡”Cualquier cosa que yo haga, aún el confesarme, no tiene efecto”¡
¡”No tengo otra cosa que hacer, solamente esperar hasta que El me salve, de otra manera, seré destruido¡
 
Queridos amigos, cuando el hombre que fue asaltado por los ladrones entendió que no podía hacer algo por sí mismo, estaba dispuesto a que cualquiera lo ayudara. Así que el samaritano pudo hacer lo que quiso. El fue salvado de acuerdo a la manera del que lo salvó y no a su manera. Un poco después, se encontró en el mesón. El samaritano le dio dos denarios al mesonero. En esos días, un denario era más o menos el salario de un día de trabajo, o un día de gastos para vivir. Dos denarios serían dos días de salario. El Señor dijo que un día para Él es como mil años y mil años es como un día para Él. Esto indica su promesa de la segunda venida para llevarnos. No sé exactamente cuándo, pero yo creo que Él va a venir otra vez. El va a regresar en una nube para llevarnos. ¿Está usted listo para estar delante de El? ¿Ya fueron lavados sus pecados y quedó tan blanco como la nieve blanca? ¿Ya fue usted redimido? ¿Ya nació usted de nuevo? ¿Puede usted ser levantado con Jesús?

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